"De
aquí que sean los autores más activos de la idea anárquica (salvo poquísimas excepciones,
como Ibsen, Reclus y Kropotkin), locos o criminales, y muchas veces ambas cosas
a la vez.
Una
prueba clarísima de esto se tiene examinando el cuadro fisionómico, unido a mi Delitto
político, en el que se ve que los regicidas, tales como Feniani, y los anarquistas,
tienen perfecto tipo criminal, ya se trate de Kammerer, Reinsdorff, Riel,
Hodel, Stellmacher, Brady, Fitzharris, o ya de aquellos locos criminales del 89
en Francia, como Marat -en tanto que los verdaderos revolucionarios, como
Corday, Mirabeau, Cavour, y la mayor parte de los nihilistas, Ossinski, la
Sassutiel, Solowief, Ubanoba, presentan un tipo completamente normal y a veces
más bello (1).
Foto: Juan Castro Bekios |
Un
juez, el egregio abogado Spingardi, quien me ha proporcionado gran número de datos
para este estudio, me decía: No he visto todavía un anarquista que no sea
imperfecto o jorobado, ni he visto ninguno cuya cara sea simétrica. Entre los
habitantes de París se encuentra el tipo criminal en un 12 por 100; entre 43 anarquistas
de Chicago, existe en un 40 por 100; entre 100 de Turín, en el 34 por 100; en tanto
que, entre 320 de nuestros revolucionarios, el tipo se reduce a 0.57 por 100,
es decir, menos que entre los hombres normales (2 por 100), y entre los
nihilistas rusos, a 6.7 por 100." *
*“Los Anarquistas”, Cesare Lombroso
(1)
Véase Lombroso e Laschi, Delitto político, Turín, Bocca, 1890.
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