Y Dios ¿qué nos dice?
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Foto: Juan Castro Bekios |
“¿Cómo es posible que reconozcáis como Dios a
quien prohibió, en términos concluyentes, no sólo la condenación y el castigo,
sino incluso el juzgar a los demás; quien, con inequívocas palabras, repudió
todo castigo y afirmó la necesidad del perdón incesante, por a menudo que fuese
cometido el pecado; que ordenó volviéramos la otra mejilla al que nos
abofetease, devolviendo en toda ocasión bien por mal; que, en el caso de la
mujer condenada a la lapidación, mostró de manera tan sencilla y clara la
imposibilidad del juicio y del castigo entre hombre y hombre? ¿Cómo es posible
que vosotros, que reconocéis a ese Dios, no podáis encontrar nada mejor que
decir en vuestra defensa que: “¡Ellos empezaron! ¡Y, como matan a la gente, no
tenemos más remedio que matarlos a ellos!”?”
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